Podemos viajar en el tiempo a nuestra voluntad, sostener o reinventar conversaciones que nunca sucedieron, planificar las próximas vacaciones, recordar eventos ocurridos décadas atrás, ensoñar un futuro, obsesionarnos por una persona que odiamos o deseamos. Y todo esto lo podemos hacer tumbados en un sofá o por el contrario conduciendo, cocinando, caminando, etc. Pero y ¿dónde está mi mente y mi cuerpo en este momento? Si no estoy conectando con mi vida ahora, ¿qué vida estoy viviendo?

Estamos más de la mitad del tiempo pensando en algo distinto a lo que estamos  haciendo,  ni nuestra mente esta sincronizada con la acción, ni con el cuerpo que realiza esa acción. No estamos atentos.»El no prestar atención nos mantiene en un ciclo interminable de caprichos, nos movemos de una cosa a otra porque no llegamos a absorber lo que ya tenemos; la no atención crea la necesidad de una escalada de estimules. en donde una mente distraída es una mente infeliz» Sharon Salzberg,

Cuatro semanas de entrenamiento en un entorno de aprendizaje vivencial, respetuoso en los procesos personales.